TRABAJOS LIBRES
(De) construyendo "lo
femenino" de la mente analítica al escribir/nos
El bolsillo de un poeta, como un cuadrado de
Cielo, una pizca de tierra, contiene
lo que un
Poeta no sabe: los musgos y las
brumas de
Su
propia vida. Y gotas de sol y de sangre.
Rene
Char
Josef
Breuer llevó a cabo el tratamiento de la Srta. Anna O. entre 1880 y 1882; luego
la derivó a Freud cuando se vio superado por la situación de enamoramiento.
Según James Strachey, Freud “se explayó sobre la incapacidad de Breuer para
enfrentar la trasferencia sexual y reveló el suceso adverso que puso fin al
análisis de Anna O.” (Freud, S. 1893
– 95: 12). Se establece aquí una bifurcación en el trabajo de Freud
y Breuer que establece una "marca fundacional del método
psicoanalítico" derivada de la posibilidad de Freud de tolerar la
transferencia erótica e intentar comprender y teorizar acerca de este fenómeno.
Respecto
al abordaje de esta paciente y de otras como Miss Lucy R., Katharina, Cäcilie
M., Isabel Von R, dice Freud “a raíz de mis intentos de extender la
aplicación del método de Breuer a un radio más vasto tropecé con la dificultad
de que algunos pacientes no eran hipnotizables…” (Freud, S. 1893 – 95 : 274) Entonces Freud utilizó el
método catártico basado en la sugestión hipnótica “yo me volvía más insistente
aún, ordenaba a los enfermos acostarse y cerrar los ojos deliberadamente para
concentrarse…” (Freud, S. 1893
– 95 : 274) “Han prometido decir todo cuanto se les ocurra
bajo la presión de la mano, no importa que les parezca o no pertinente, vale
decir sin seleccionarlo ni dejar que lo influyan la crítica o el afecto” (Freud,
S. 1893 – 95 : 277). Así incursionó en el método catártico, siendo la Sra. Emmy Von N. la primera paciente.
En
1892, surgió el concepto de los pensamientos personales (deseos) inaceptables,
trabajado en relación con “las ideas antitéticas” que obstaculizaban las
intenciones conscientes. Se fue gestando así, el pasaje del método catártico al
de la “asociación libre”. Entonces Freud dijo que estaba “siguiendo una oscura
intuición”. Se inspiró en Ludwig Borne que había escrito en 1823 un ensayo
titulado “El arte de convertirse en escritor original en tres días” que decía
así, “tome hojas de papel y durante tres días sucesivos escriba, sin falsedad
ni hipocresía de ninguna clase, todo lo que le venga a la cabeza” (Jones, E 1996:
258) Podemos observar aquí cómo se entrecruzan en el origen del método
psicoanalítico, la literatura y la escritura.
La
escritura sería "el arte de escribir una carta, documento o cualquier
papel escrito" y la literatura "el arte de la expresión verbal; el
conjunto de las obras que versan sobre una determinada materia" (RAE)
¿Qué relación hay entre
escritura y psicoanálisis?
Freud escribe en "El creador
literario y el fantaseo", "el poeta hace lo mismo que el niño que
juega; crea un mundo de fantasía al que toma muy en serio, vale decir, lo dota
de grandes montos de afecto, al tiempo que lo separa tajantemente de la
realidad afectiva. Y el lenguaje ha recogido este parentesco entre juego
infantil y creación poética llamando juegos a las escenificaciones del poeta
que necesitan apuntalarse en objetos palpables y son susceptibles de
figuración, a saber: comedia, juego de placer; tragedia, juego de duelo y
designando actor dramático, el que juega al espectáculo a quien las
figura" (Freud, S 1908-1907 : 128) Ocurre que cuando el adulto cesa de
jugar, sólo resigna el apuntalamiento en objetos reales ya que los sustituye
por la capacidad de fantasear manifestada en los llamados "sueños
diurnos". Así, Freud relaciona la capacidad para escribir y fantasear en
el adulto con la de jugar en el niño.
Mariano
Horenstein (2017) dice "Es impensable el analista sin el filósofo o el
escritor. Ambos lo preceden lógica y cronológicamente". Luego agrega “El
psicoanálisis no es literatura, aunque cada paciente no haga quizás,
desplegando su novela familiar, sino construir junto a nosotros una ficción,
auxiliado por otro inmenso aparato ficcional, el psicoanálisis mismo, que haga
su vida más vivible". Entramos ahora en el terreno de la verbalización de
la propia historia, donde diferentes autores
psicoanalíticos utilizan el término "Narración" para hacer alusión a:
(Ferro, 2002)
1. los relatos que realizan los pacientes en el análisis, hablando de su novela familiar o de su mundo interior.
2. las intervenciones del analista que apuntan a la extensión en el campo del "mito" (Bion, 1963).
3. las interpretaciones que resultan particularmente abiertas y no saturadas, que no cierran el sentido, sino que dejan la posibilidad de ulteriores expansiones de sentido (interpretaciones narrativas de Ferro, 1996)
4. la utilización de algo que acontece fuera de sesión como una narración, una película o una obra de teatro capaces de mostrar implicancias de tipo psicoanalíticas
5. la construcción de una "verdadera narrativa" (Spence, 1982) en lugar de una incognoscible verdad histórica.
6. una experiencia emocional es trabajada por la función alfa y arreglada como una narrativa (con una secuencia para ser narrada como una historia) con lo cual se puede fabricar un sueño. (López Corvo, R. 2002).
Antonino
Ferro utiliza la palabra narración para referirse a "esa manera del
analista en la sesión participando con el paciente en la construcción de un
sentido de modo fuertemente dialógico, sin particulares límites
interpretativos. Como si el analista y el paciente construyesen juntos una
pieza de teatro dentro de la cual las tramas crecen, imprevisible e
impensadamente para los dos co-narradores, sin que exista entre ellos un
detector de una verdad preconstituida. Dentro de este modo de proceder, la
transformación co-narrativa, o directamente la co-narración transformadora toma
el lugar de la interpretación" (Ferro, 2002) Siguen en danza aquí la
literatura y el psicoanálisis.
La
sesión toma la dimensión de un acto creativo al permitir la posibilidad de ir
co-creando entre analista y analizando. Entonces ¿la inhibición o detenimiento
de este proceso podría pensarse como un síntoma de esa pareja analítica?
Recuerdo
una paciente que tenía ideación de muerte y descontrol impulsivo. Estudiaba una
carrera artística y consultó porque "se quedaba en blanco" cada vez
que tenía que realizar una producción, pensando en las críticas sádicas de sus
profesores y compañeros. Durante un tiempo, contratransferencialmente yo sentía
que no pasaba nada en el análisis, tenía una sensación de repetición y
estancamiento. Me sentía "impotente como analista", verbalizaba a mi
grupo de supervisión que las "sesiones me resultaban estériles".
En
relación con esto, Joyce Mc Dougall (2012) dice que “el problema del bloqueo en
el creador está ligado a la naturaleza de las fantasías que éste proyecta sobre
el mundo exterior, según lo perciba como benevolente y abierto o bien crítico,
reacio y molesto. La naturaleza de esas proyecciones determina la aceptación o
el rechazo del artista a mostrar su obra”. La autora propone cuatro factores
que constituyen la base de un acto creador. Dos conciernen a la relación del
artista con el mundo externo:
- La lucha con el medio de expresión elegido
- La lucha contra las proyecciones en el público
Los otros dos factores pertenecen al mundo interno:
- La fuerza de las tendencias pregenitales (anal, oral o fálica)
- La importancia de la bisexualidad psíquica
Según la manera en que se hayan
integrado en la estructura psíquica del artista, nos encontramos ante cuatro
versiones de la escena primaria que pueden operar como fuente de creatividad o
de esterilidad.
En una
entrevista posterior, los padres me informaron que el padre necesitaba
travestirse para tener relaciones sexuales con su esposa. Mi paciente no conocía esto, pero se peleaba
mucho con su padre y lo describía como “intrusivo y metido” en las cosas de
mujeres. A su vez, ella manifestaba también dificultades en la relación con los
varones por sentir timidez y vergüenza, prefiriendo relacionarse con homosexuales
y seminaristas, vinculaciones que no le implicaban demandas sexuales. Durante
nuestro trabajo analítico, pude inferir la representación psíquica de una
escena primaria sádica expresada en las fantasías que la paciente verbalizaba
sobre peleas y destrucciones como "me van a destrozar lo que cree",
"me van a matar", "me quiero morir cuando no me salen las
cosas", "me siento inexistente", "no sirvo para esto",
"no puedo pensar", "hice pedazos lo que dibujé",
"rompí las maquetas"...
“Sin duda cualquier actividad creativa es
vivida inconscientemente por el artista como una transgresión, puesto que aquél
que crea, osa desafiar el orden con un objetivo narcisista, libidinal y
agresivo; osa mostrar al público lo que ha creado; osa utilizar su sexualidad pregenital,
aunque sea ambivalente; finalmente osa quitar a sus padres sus órganos sexuales
y sus poderes para poder estar en condiciones de crear los suyos”. Se entrecruzan acá los motivos de consulta:
violencia y creatividad, observados en la paciente. Los sentimientos de
humillación, de cólera o incluso de rabia que puede sentir ella cuando crea
algo tienen una gran importancia porque mantienen su vitalidad y creatividad
por algunos momentos, por otros imperan los mecanismos de defensa relacionados con
la retención, la dificultad de expresión y el egoísmo, quizás como consecuencia
de las intensas ansiedades paranoides que la invaden.
Durante
un tiempo observé que no podía escribir acerca de esta paciente, luego mientras
redactaba la presentación del caso clínico, pude visualizar la contra identificación
proyectiva en la que yo estaba inmersa y que nos sostenía en un impasse. Ambas
permanecíamos "en blanco", inoculadas por la angustia de muerte que
derivaba de la representación de una madre gravemente enferma, depresiva y
desvitalizada durante la primera infancia de la paciente.
Esto me llevó a varios interrogantes. ¿Cómo "se
arma" un caso clínico? ¿Es posible mostrar un paciente sin mostrarse el
analista? ¿Será este un factor frecuente de inhibición al momento de escribir?
¿Cómo pesquisar esa "delgada línea" entre la existencia del paciente
y la construcción que el analista hace de él? Además
de los numerosos debates filosóficos acerca de la subjetividad y las
dificultades para acceder al conocimiento del otro, recuerdo a Bion "en
cualquier relato de una sesión, aunque se lo efectúe inmediatamente después de
la misma o, aunque sea obra de un maestro, no debemos considerar a la memoria
como otra cosa que una comunicación gráfica de una experiencia emotiva. Aunque
en los momentos de escribir los relatos de casos (que figuran en este libro) yo
los creí fácticamente correctos ... deben ser considerados ahora formulaciones
verbales de imágenes sensoriales, elaboradas para comunicar de una manera lo
que probablemente es elaborado de otra... (Bion, 1966: 10).
En la
pos/sesión realizamos un acto de posesión del paciente al pasar a ser "mi
paciente". Hay un recorrido simbólico desde "el paciente" a
"tener un paciente" como representación de "ese paciente"
que yo puedo percibir y que dista "del paciente", abriendo un abanico
de distancias emocionales que nos llevan a estar más cerca o más lejos de lo
que al otro le acontece al momento de intervenir durante el análisis.
Durante la vida psicoanalítica, la escritura es una
actividad con la que nos encontramos a menudo. Ya sea con mayor o menor
facilidad, nos enfrentamos a menudo al desafío de escribir informes, actas,
seminarios, monografías, artículos, tesis, libros, etc. Si
consideramos al acto de escribir como una producción del inconsciente, en el
orden de un sueño diurno o como actividad de fantaseo ¿sería la inhibición en
la escritura un síntoma?
Todos
tropezamos en algún momento con las resistencias a escribir. Una de las causas,
suelen ser las angustias originadas en el superyó, el ideal del yo y la
realidad.
Desde el
superyó operan las imagos parentales y de crianza y pueden ponerse de
manifiesto la descalificación, la desvalorización y la falta de habilidad para
expresar lo que queremos decir.
El ideal del yo suele emparejarse a la fantasía de perfección,
muchas veces proyectada en los escritores admirados que podrían operar como
inhibitorios de la escritura. Freud se aliviaba de estas exigencias compartiéndolas con
Fliess, como cuando le escribió: “las tortuosas sentencias de mi libro de los
sueños […] han herido cruentamente un ideal que llevo en mí”
(Giteroff, G. 2012)
Encontramos un
ejemplo de la "elaboración de la escritura" en otra carta que le
envió a Fliess, donde se refería a una dificultad que padecía por entonces:
"la inhibición a escribir me parece destinada a impedir nuestras
relaciones". (Giteroff, G. 2012).
Continúa
Gloria Giteroff "escribir es, entre muchas cosas,
una forma de pensar y de clarificar las ideas, tal como le escribió Freud a
Fliess en una carta del 20 de octubre de 1895 "... fue en el esfuerzo por
comunicárselo que el asunto se me aclaró por completo". Ya vemos como
escribir suele funcionar como un acto de acercamiento fraterno, porque brinda
un nuevo espacio para abrir diálogo con otros ofreciendo una reflexión creadora
y cuestionadora" (Kancyper, L, 2002) Un texto analítico pertenece tanto al
autor que lo escribe como al lector que lo lee, lo relee y lo reescribe. Funcionaría
como un acto creativo compartido, como un espacio transicional semblante de la
representación de la función bioniana de alfabetización materna. Al estilo de
un pecho dador que nutre el psiquismo a través de productos de la función alfa,
logrando representar impresiones tanto sensoriales (imágenes visuales, patrones
auditivos, olfatorios, táctiles, etc.) como emocionales almacenadas con
memoria. Estos elementos sirven para la realización de sueños, pensamientos y
para formar además la barrera de contacto entre el inconsciente y la
conciencia. Serían objetos vivos y reales, capaces de proporcionar satisfacción
al bebé, a diferencia de los que frustran (objetos Beta) (López Corvo, R.
2002).
Funcionaría como un acto creativo compartido,
como un espacio transicional semblante de la representación de la función
materna. Ya que "el significado y la
vitalidad de un texto se revelan en su plenitud si promueven la relectura y la
intervención en el lector, en que un encuentro de miradas, emociones e interrogantes,
al despliegue de un proyecto nuevo y cualitativamente distinto".
(Kancyper, L. 2002).
Freud
basó su técnica en el poder de la palabra. Consideró que la palabra es el medio
por el que damos a conocer nuestros sentimientos y el camino para cobrar influencia
sobre el otro. Las palabras pueden resultar tanto benéficas como lesivas y
permiten atemperar la acción. Al
escribir… ¿estaremos intentamos traducir en palabras “retazos o ráfagas” del inconsciente
que van tomando forma gracias a la ayuda de nuestros procesos secundarios preconscientes?
Ya que al buscar una buena forma de expresar lo que se piensa, las ideas se
elaboran, se entrelazan y se estimula la cadena asociativa.
¿Serán estos algunos de los recursos para que
“donde el ello esta, el yo puede advenir?... ¿será que al intentar traducir
"algo" del inconsciente del paciente, estamos haciendo
"algo" parecido con el nuestro?
Entonces ¿qué escribimos al
escribir ¿Estaremos intentando construir la mente analítica del analista?
Pienso que escribimos para
describir/nos en un esfuerzo de de/construcción que apunta a una nueva
construcción buscando la ampliación de significados…y en ese sentido ponemos en
funcionamiento aspectos "femeninos" de nuestra mente.
Bibliografía
- Bion, Wilfred (2006) "Volviendo a pensar" Ed. Hormé, Bs As, 6° edición
- Ferro, Antonino (2002) "El psicoanálisis como literatura y terapia", Ed. Lumen Colección de psicología integrativa, perspectivista, interdisciplinaria, Bs. As.
- Freud Sigmund (1893 - 95) "Estudios sobre la histeria", "Obras completas", Ed. Amorrortu, Bs.As. Tomo II
- Freud Sigmund (1893 - 95) "Sobre la psicoterapia de la histeria", "Obras completas", Ed. Amorrortu, Bs.As. Tomo II
- Freud, Sigmund (1908-1907) "El creador literario y el fantaseo" Obras completas, Ed. Amorrortu, Bs. As, Tomo IX.
- Freud Sigmund (1926) "Pueden los legos ejercer el análisis", "Obras completas", Ed. Amorrortu, Bs.As. Tomo XX
- Giteroff, Gloria (2012) Claves para escribir sobre psicoanálisis Recuperado el 5 de marzo de 2018. www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=1505
- Horenstein, Mariano (2017) "Una cuestión de extranjería en "Controversias en Psicoanálisis de niños y adolescentes" N° 21. Jones, Ernest (1996) "Vida y obra de Sigmund Freud”, Ed. Lumen Hormé, Bs. As., 4° ed.
- López Corvo, Rafael E. (2008) "Diccionario de la obra de Wilfred R. Bion" 2° Ed., Biblioteca Nueva, España.
- McDougall Joyce y otros. (2010) “El artista y el psicoanalista”, Ed. Nueva Visión, Bs As.
- RAE Escritura http://dle.rae.es/?id=GKXHvDj
- RAE Literatura http://dle.rae.es/?id=NR70JFl
Descriptores:
escritura, creatividad, literatura, psicoanálisis.
Resumen
Escribir en psicoanálisis nos ayuda a comprender y
elaborar nuestras prácticas clínicas, funciona como un acto de acercamiento
fraterno, como un acto creativo compartido entre el autor y el lector. Sería
"lo femenino" de la mente del analista, como un pecho dador que nutre
el psiquismo a través de productos de la función alfa, logrando representar
impresiones tanto sensoriales, como emocionales almacenadas en la memoria.
Al
escribir traducimos en palabras “retazos" del inconsciente que van tomando
forma gracias a la ayuda de nuestros procesos secundarios preconscientes. ¿Será
que escribimos para construir la mente analítica del analista, en un esfuerzo
de de/construcción que apunta a una nueva construcción buscando la ampliación
de significados? ....
[1]
Miembro Adherente de la
Sociedad Psicoanalítica de Mendoza (SPM)
Secretaria Científica SPM (2018 - 2020)
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