TRABAJOS LIBRES
¿Te destruyo o me destruyo?
José Amador González
Bojórquez
“En tales juicios no
nos dejaremos extraviar por las objeciones de las feministas, que quieren
imponernos en total igualación e idéntica apreciación de ambos sexos; pero si
concederemos de buen grado que también la mayoría de los varones se quedan muy
a la zaga del ideal masculino, y que todos los individuos humanos, a
consecuencia de su disposición {constitucional} bisexual, y de la herencia
cruzada, reúnen en sí caracteres masculinos y femeninos, de suerte que la
masculinidad y feminidad puras siguen siendo construcciones teóricas de
contenido incierto”(Freud, S.1925).
Partiendo de esta
concepción planteada en “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia
anatómica entre los sexos” por Sigmund Freud en 1925, se
podrá cuestionar la evolución de ello y su relación al tema que aquí nos ocupa
que es la Violencia y Género; desde el abordaje en la clínica se observa que en
esta problemática están inmiscuidas distintas variables, tanto individuales como
culturales.
Durante los últimos
años, en lo que respecta a esta temática dentro del sector salud, ha ocasionado
múltiples debates sobre las variables que están relacionadas y las estrategias
de intervención para disminuir los altos niveles de prevalencia. Así como la
investigación permanente para fundamentar desde la articulación
teórica-práctica un abordaje con la misma finalidad. Este trabajo tendrá la
intención de engranar - desde la experiencia clínica en esta temática- un
abordaje teórico desde el Psicoanálisis.
El punto de partida
será un concepto determinante para plasmar como la cultura tiene un papel
fundamental en la construcción de “lo que se debería” hacer de acuerdo con el
sexo al que pertenezcas y dentro de la sociedad en donde estés desarrollándote.
Estas ideas están plasmadas en la concepción del “Género”, que a continuación
se presenta: “La nueva acepción de género se refiere al conjunto de
prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen
entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la
diferencia anatómica entre hombres y mujeres” (Lamas, M. 2000).
Lo planteado hasta
este momento nos brinda un punto de partida tanto a nivel de la comprensión
cultural como de la concepción psicoanalítica, esto nos permitirá adentrarnos
en como se van desarrollando de manera conjunta ambas líneas de razonamiento.
Esto nos podrá brindar una visión complementaria para entender el fenómeno de
la Violencia y Género.
En el Programa de
Prevención y Atención a la Violencia Familiar y de Género (México), me brindó
la oportunidad de adentrarme en como se ha ido interiorizando y normalizando
las problemáticas de violencia en la cultura, sin olvidar que en México (como
en muchos otros países) impera una cultura patriarcal/falocéntrica en donde el
“predominio” está a las manos del hombre, por ser considerado el sexo “fuerte”.
A lo largo de estas
intervenciones clínicas, un factor recurrente involucrado en la problemática de
la violencia de género es lo concerniente a la concepción religiosa y la visión
del rol de los sujetos dentro del vínculo. La referencia constante al papel
secundario que tiene la mujer en relación con el hombre en lo que concierne al
vínculo matrimonial; el hombre es el proveedor/protector, la mujer por su parte
enfocada al núcleo familiar y a ser la compañera.
Es importante hacer
mención que aún en la actualidad se sigue encontrando dentro del consultorio
discursos relacionados a los “designios de Dios” para cada una de las personas con
relación a su vínculo. Los estilos de crianza siguen teniendo (en su mayoría)
una alta carga simbólica con relación a la religión que profesan la familia de
los infantes. Es ahí donde pueden forjarse las primeras inhibiciones sociales,
que pueden estar sustentadas en inhibiciones inconscientes de ciertas
características femeninas/masculinas como funciones de su Yo para no entrar en
conflicto con su Superyó.
La estructuración del
Complejo de Edipo tendrá que ser analizado desde estos factores culturales para
realizar un abordaje integral para la comprensión de las manifestaciones
agresivas por parte de los integrantes del vínculo. Así como los procesos de
identificación por los cuales atraviesan los sujetos para el momento de su
elección de objetos en su vida adulta. Parecería que la concepción tradicional
del Complejo de Edipo pudiese llegar a tener una carga significativa con lo
relacionado a la violencia de género, los planteamientos se harán en función a
la posible relación de la constitución de esta estructura psíquica en el
individuo; desde su primera elección de objeto de amor, el complejo de
castración, así como los procesos de simbolización de la diferencia sexual
anatómica.
La construcción de
género se va incorporando desde la concepción, ya que ahí puede marcar el
inicio, desde lo imaginario de los padres, lo esperado para el futuro bebé,
dependiendo el sexo de este. Se pueden llegar a adjudicar rasgos de
personalidad específicos; por ejemplo, para la mujer; la ternura, la
delicadeza, la belleza, etc.; y en el hombre la fortaleza, la independencia, la
responsabilidad, etc. Estas características que son atribuidas antes del
nacimiento a los sujetos pueden marcar el inicio de la apropiación de lo que
“deberían ser” las personas dentro de la sociedad.
El análisis de la
estructuración psíquica posterior al Complejo de Edipo nos dará un parámetro
importante para el desarrollo de este trabajo, ya que desde la constitución del
Superyó podremos abordar una variable más a la comprensión de los
comportamientos violentos de las personas, si bien es cierto, no es la única
forma para explicar dicha problemática social, sí podrá servir para abrir el
panorama para su abordaje.
Después de tener como
primer objeto de amor a la madre, el padre funge como un sujeto que viene a
privar ese vínculo de amor, lo cual da origen a la angustia de castración, por
lo cual el niño “opta” por dejar de lado su primera elección de objeto de amor.
El niño se identifica después de este proceso de hostilidad/rivalidad con el
padre, el primer interrogante estará en función a la posibilidad de existir
otra causa inconsciente ante la privación de ese primer objeto de amor. La hostilidad está en función a la rivalidad
que tiene el niño con el padre por tener el objeto de amor, lo cual conlleva a la
angustia de castración. El planteamiento añadido será la posibilidad que ante
esta crisis de angustia pudiese existir un incremento de carga al sentir
vulnerada las características femeninas que el niño posee.
Aunado a la elección
de la mamá como objeto de amor, pudiese atravesar por un proceso de
identificación con sus propias características femeninas, al momento de la
incursión del padre como sujeto castrador, no sólo de la privación de la mamá
como objeto de amor, sino como un agente para sepultar las características
femeninas del niño, ya que dentro de la cultura el poseedor del “falo” es el
que “tiene el poder”.
Parecería que dentro
de este proceso en el que se desarrolla la angustia de castración, el sujeto
reprime las características femeninas para apropiarse mediante la
identificación de las características masculinas. Este proceso podrá tener un
sustento al conocer los estilos de crianza en donde sigue existiendo un alto
porcentaje de educación patriarcal. Si bien es cierto, desde hace algunos años
los estilos de crianza y la conformación de los núcleos familiares se han
desarrollado con un enfoque feminista, los márgenes de la violencia aún no se
han modificado de manera significativa.
Cabe puntualizar que
dentro de la cultura tiene un peso muy importante la variable religión, ya que
ella fomenta desde el lugar de la fe, el reforzamiento de las concepciones que
se tienen con el actuar de los sujetos dentro del vínculo de pareja. Desde el
planteamiento de que el “creador” dio origen a la mujer a partir de una
costilla del hombre para que no estuviera solo y ella fuese su compañía. El
hombre tendrá el papel de proveedor de las necesidades de su pareja y la
familia, y la mujer será fiel compañera en todo momento, encargada de brindar
los cuidados a la pareja y a su familia. Anteponiendo siempre la concepción
religiosa de “fidelidad” ante cualquier otra situación -en la salud, en la
enfermedad, etc., “hasta que la muerte los separe”- ajena a la “voluntad” de
Dios. “Lo que Dios unió que no
lo separe el hombre”.
La periodista y
escritora mexicana Lydia Cacho quien publicó un libro titulado “#Ellos
Hablan Testimonios de hombres, la relación con sus padres, el machismo y la
violencia” en donde hace mención de diversos acontecimientos que han vivido
hombres de distintas clases sociales en relación con la educación que les fue
marcando el camino para las relaciones de poder en su vida. Al inicio de este
hace referencia a lo que menciona Miguel Lorente Acosta -profesor de medicina
forense- sobre el tema:
Es importante
mencionar que dentro de los juegos infantiles existe el refuerzo constante para
el planteamiento antes mencionado; “Vieja el último”. “Pareces mariquita”,
“Corres como niña”, “los hombres no lloran”, “Aguántate como hombre”, etc.
Eliminar las características femeninas del sujeto en desarrollo podrá traer consigo la incorporación en el superyó la eliminación constante de todas las características que son ajenas a las esperadas para él, las cuales serán las que ratificarán de manera constante su “poder” como poseedor de la masculinidad y la búsqueda permanente de desaparecer lo “inadecuado”. No sólo podrá existir un menosprecio por haber sufrido una castración sino por el sólo hecho de ser mujer.
Ante esta situación,
quedará analizar como se llevan a cabo las elecciones de objeto de amor en la
vida adulta de la persona, donde ha quedado instaurado en su estructura la
necesidad -reforzada en el día a día por las construcciones culturales en los
diversos ámbitos donde se desenvuelve el sujeto- de aniquilar lo femenino.
Por otra parte, el
arduo trabajo de los grupos feministas en pro de la equidad de género ha
marcado nuevos paradigmas en las estructuras sociales, familiares e
individuales de todas las personas en la actualidad, lo cual trae consigo el
replanteamiento de cómo esto ha modificado la articulación teórica del Complejo
de Edipo, lo cual conlleva un gran reto para el ámbito psicoanalítico. Aunado a esto, es importante mencionar la
incorporación de las nuevas masculinidades que están brindando un cambio de
paradigmas a la constitución tradicional del género y los estilos de crianza en
la actualidad.
Tomando las palabras
de la psicoanalista francesa Elisabeth Roudinesco en entrevista para Infobae,
menciona:
“La promesa Freudiana
es que todos pueden tener los medios para conocerse y eventualmente dominar sus
pasiones...”
Por lo tanto, dentro
del marco psicoanalítico en lo concerniente a la problemática plasmada, será
posible brindar un abordaje distinto ante la posibilidad de la posible
instauración simbólica de la eliminación de lo femenino en el sujeto y
posteriormente en el vínculo amoroso y en sus relaciones de poder.
¿Acaso la cultura podrá “dominar” la aniquilación de
la feminidad?
Bibliografía
- Cacho, L. (2018) #Ellos Hablan Testimonios de hombres, la relación con sus padres, el machismo y la violencia. México. Grijalbo.
- Freud, S. (1925) Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos, Argentina, Amorrortu.
- Infobae (2017) Entrevista Elisabeth Roudinesco. Recuperado en: https://www.infobae.com/cultura/2017/09/09/es-en-buenos-aires-donde-surge-la-idea-de-que-todo-el-mundo-debe-psicoanalizarse-y-no-porque-este-enfermo/
- Lamas, M. (2000) Diferencias de sexo, género y diferencia sexual. Recuperado: http://www.redalyc.org/pdf/351/35101807.pdf
Descriptores: Complejo de Edipo – Género – Cultura - Violencia
Resumen.
Este trabajo tendrá
la intención de engranar desde la experiencia clínica en esta temática un
abordaje teórico desde el Psicoanálisis. El punto de partida será un concepto
determinante para plasmar como la cultura tiene un papel fundamental en la
construcción de “lo que se debería” hacer de acuerdo con el sexo al que
pertenezcas y dentro de la sociedad en donde estés desarrollándote. La
estructuración del Complejo de Edipo tendrá que ser analizado desde estos
factores culturales para realizar un abordaje integral para la comprensión de
las manifestaciones agresivas por parte de los integrantes del vínculo. El
análisis de la estructuración psíquica posterior al Complejo de Edipo nos dará
un parámetro importante para el desarrollo de este trabajo. Cabe puntualizar
que, dentro de la cultura tiene un peso muy importante la variable religión, ya
que ella fomenta desde el lugar de la fe, el reforzamiento de las concepciones
que se tienen con el actuar de los sujetos dentro del vínculo de pareja. El
planteamiento añadido será la posibilidad que ante la crisis de angustia
pudiese existir un incremento de carga al sentir vulneradas las características
femeninas que el niño posee.
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